Columna escrita por Luis Mourgues, Coordinador de corporate venturing y alianzas de Imagine.
¿Qué podemos esperar del 2023?
En Chile, y Latinoamérica en general, hemos sido testigos del alcance y la tracción que ha generado el fenómeno “Startup” en los últimos 10 años. Hoy, se puede considerar un casi movimiento que engloba caracteres sociales, políticos, económicos y culturales, y que ha sido impulsado por distintos agentes del ecosistema que se han alineado para la creación y el apoyo de nuevos negocios tecnológicos y altamente escalables. Ha sido tal la velocidad con la que hemos visto avanzar al ecosistema en general, que incluso ya empezamos a familiarizarnos con algunos términos que quizás hace 5 o 6 años atrás eran muy difíciles de ver en los medios de comunicación, tal es el caso del famoso y elusivo “exit”, o en términos sencillos y menos glamorosos, el evento donde se genera la venta (total o parcial) de las acciones de una empresa, en este caso, una Startup.
Para los que no están muy familiarizados con el término aún, el exit se puede dar de dos formas: La primera y que por lejos ha sido la que más ha dado que hablar durante este año, en especial por la explosión del modelo de las famosas SPACS en USA y también gracias a la serie WeCrashed con la historia de Adam Neumann, fundador de WeWork, corresponde al momento donde la empresa comienza a cotizar en la bolsa de acciones, conocido también por sus siglas en inglés como IPO (Initial Public Offering). Definitivamente, al ser una oferta pública, da muchísimo material para hablar, y por qué no, para hacer una que otra serie para alguna plataforma de streaming. El segundo modelo corresponde al de Merge and Acquisitions o M&A (o cómo nos gusta hablar aquí: “emanei”), que es básicamente la adquisición de la totalidad o una porción de la startup por parte de otra compañía. A diferencia de la primera, estos suelen (o solían) ser de menor perfil mediático, ya que la información queda resguardada por las partes.
¿Por qué es importante que existan eventos de exit en un ecosistema que empuja cada vez más por el desarrollo y escalamiento de startups?
Una cosa es invertir en algo que incrementará su valor con la esperanza de generar un retorno (ejemplo, una Startup), y otra muy distinta es tener la oportunidad concreta de recibir ese retorno (vender la participación accionaria). Si alguien invierte en una empresa que incrementa su valor de manera exponencial, pero luego no hay nadie que quiera comprar esa participación, la inversión deja de ser rentable porque simplemente nuestro valor queda atrapado y no se convierte nunca en ese retorno. En ese sentido, cuando en Chile comienza a tomar fuerza el movimiento para la creación de Startups, faltaban aún mayores antecedentes para asegurar que una inversión podría convertirse en retorno tras un evento de liquidación o exit. No había muchos, y de los que había se conocía poco. Sin embargo, tras un largo tiempo desde el inicio de este “boom”, en pleno 2020, con crisis social y una inminente pandemia, vimos por fin algunos exit importantes como lo fueron los de BNamericas, Archdalily y ODD Industries. Para el año 2021, pudimos ver los más célebres, todos en base a modelos M&A: El gigante Uber termina de comprar el 47% restante de Cornershop, convirtiéndola en el primer unicornio Chileno. También, vimos como BCI adquirió a Pago Fácil, Walmart compra Babytuto, y curiosamente, algo que hasta entonces no había ocurrido a esa escala, Startups comenzaron a adquirir a otras Startups, cómo lo fueron el caso de Betterfly al adquirir Kunder, Heypay, Nesto, Racional y Numi, o el de Buk con la adquisición de Boost y Ninja Excel.
El año 2022 ha sido un año bastante particular no sólo para el país, sino que para la industria en general. No hemos visto eventos de exit como en los años anteriores y además hemos visto caídas en las valorizaciones de algunas Startups/Scaleups que podrían considerarse como parte de una corrección del mercado. Por otro lado, el escenario global en cuanto a conflictos políticos, cambios en los gobiernos, caídas en la bolsa y otros, también han incrementado el nivel de incertidumbre, lo que seguramente ha generado un impacto también en la disminución de este tipo de eventos o “deals”.
Ahora bien, ¿Qué podemos esperar del 2023?
En Chile, y Latinoamérica en general, hemos sido testigos del alcance y la tracción que ha generado el fenómeno “Startup” en los últimos 10 años. Hoy, se puede considerar un casi movimiento que engloba caracteres sociales, políticos, económicos y culturales, y que ha sido impulsado por distintos agentes del ecosistema que se han alineado para la creación y el apoyo de nuevos negocios tecnológicos y altamente escalables. Ha sido tal la velocidad con la que hemos visto avanzar al ecosistema en general, que incluso ya empezamos a familiarizarnos con algunos términos que quizás hace 5 o 6 años atrás eran muy difíciles de ver en los medios de comunicación, tal es el caso del famoso y elusivo “exit”, o en términos sencillos y menos glamorosos, el evento donde se genera la venta (total o parcial) de las acciones de una empresa, en este caso, una Startup.
Para los que no están muy familiarizados con el término aún, el exit se puede dar de dos formas: La primera y que por lejos ha sido la que más ha dado que hablar durante este año, en especial por la explosión del modelo de las famosas SPACS en USA y también gracias a la serie WeCrashed con la historia de Adam Neumann, fundador de WeWork, corresponde al momento donde la empresa comienza a cotizar en la bolsa de acciones, conocido también por sus siglas en inglés como IPO (Initial Public Offering). Definitivamente, al ser una oferta pública, da muchísimo material para hablar, y por qué no, para hacer una que otra serie para alguna plataforma de streaming. El segundo modelo corresponde al de Merge and Acquisitions o M&A (o cómo nos gusta hablar aquí: “emanei”), que es básicamente la adquisición de la totalidad o una porción de la startup por parte de otra compañía. A diferencia de la primera, estos suelen (o solían) ser de menor perfil mediático, ya que la información queda resguardada por las partes.
¿Por qué es importante que existan eventos de exit en un ecosistema que empuja cada vez más por el desarrollo y escalamiento de startups?
Una cosa es invertir en algo que incrementará su valor con la esperanza de generar un retorno (ejemplo, una Startup), y otra muy distinta es tener la oportunidad concreta de recibir ese retorno (vender la participación accionaria). Si alguien invierte en una empresa que incrementa su valor de manera exponencial, pero luego no hay nadie que quiera comprar esa participación, la inversión deja de ser rentable porque simplemente nuestro valor queda atrapado y no se convierte nunca en ese retorno. En ese sentido, cuando en Chile comienza a tomar fuerza el movimiento para la creación de Startups, faltaban aún mayores antecedentes para asegurar que una inversión podría convertirse en retorno tras un evento de liquidación o exit. No había muchos, y de los que había se conocía poco. Sin embargo, tras un largo tiempo desde el inicio de este “boom”, en pleno 2020, con crisis social y una inminente pandemia, vimos por fin algunos exit importantes como lo fueron los de BNamericas, Archdalily y ODD Industries. Para el año 2021, pudimos ver los más célebres, todos en base a modelos M&A: El gigante Uber termina de comprar el 47% restante de Cornershop, convirtiéndola en el primer unicornio Chileno. También, vimos como BCI adquirió a Pago Fácil, Walmart compra Babytuto, y curiosamente, algo que hasta entonces no había ocurrido a esa escala, Startups comenzaron a adquirir a otras Startups, cómo lo fueron el caso de Betterfly al adquirir Kunder, Heypay, Nesto, Racional y Numi, o el de Buk con la adquisición de Boost y Ninja Excel.
El año 2022 ha sido un año bastante particular no sólo para el país, sino que para la industria en general. No hemos visto eventos de exit como en los años anteriores y además hemos visto caídas en las valorizaciones de algunas Startups/Scaleups que podrían considerarse como parte de una corrección del mercado. Por otro lado, el escenario global en cuanto a conflictos políticos, cambios en los gobiernos, caídas en la bolsa y otros, también han incrementado el nivel de incertidumbre, lo que seguramente ha generado un impacto también en la disminución de este tipo de eventos o “deals”.
Ahora bien, ¿Qué podemos esperar del 2023?
Con un cierre de año inminente es inevitable hacerse esa pregunta. ¿Se reactivará la actividad de exits en el país? ¿será un año similar al 2022? ¿Cuáles serían las implicancias si volvemos a repetir un año sin exits como los que tuvimos durante 2021? Definitivamente son preguntas legítimas dado el escenario que vivimos a nivel global. En lo personal, creo que Chile va bien encaminado hacia un modelo más maduro, donde cada año veremos más y más de estos eventos de liquidación. Creo que será difícil repetir en el corto plazo algo similar a lo de 2021, pero por otro lado, ya vimos un cambio en el panorama nacional, a nivel cultural, donde cada vez son más las empresas que ven un M&A como algo estratégico y cercano, y definitivamente es algo contagioso y estimulante para un ecosistema en desarrollo como lo es Chile.